DE ÁNGELES CON CUATRO PATAS

Pancho y Mónica son inseparables y son tan sólo uno. Digo que son porque aunque escribo este post meses después de haberles hecho las fotos y un tiempo después de que Pancho nos haya dejado, Pancho y Mónica seguirán estando juntos para siempre.

Así me siento yo con mis perras, que son tan parte de mí, de mi día a día, de mi vida, que aunque no concibo estar sin ellas sabes que algún día debe llegar ese momento. Para los que no tengáis «mascota» no os penséis que es diferente que perder a un familiar o a un ser querido. Nuestros bichejos comparten nuestro día a día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, son parte de nuestra rutina. Nuestros paseos, nuestros momentos sofá frente a la tele, nuestras comidas siempre acompañadas con sus caritas de pena a la espera de que caiga una migaja.. son parte de tí como tú lo eres de ellos, y por eso siguen estando contigo y presentes aún cuando físicamente no lo están.

Les conocí a través de Marta, no sé si recordáis su sesión con Canela y Lucas, si no es así la podéis ver aquí:Books de mascotas: Canela

Mónica trajo a Pancho porque sabía que estaba malito, le fallaba el corazón. Quería poder tener un recuerdo bonito de los dos juntos antes de que llegase ese momento. Sinceramente adoro las sesiones de recién nacidos por su ternura, los books infantiles con los peques y su espontaneidad, me encantan las sesiones de pareja por las posibilidades que dan, los reportajes de embarazo por la tranquilidad que me transmiten, las bodas por la alegría del momento… pero nada comparado con estas sesiones, donde el trasfondo de tristeza que me contáis en cada uno de vuestros casos conseguimos rápidamente combatirlo y reemplazarlo por alegría, donde cada dueño es consciente de que cada segundo que disfruta con su compañero inseparable no tiene precio, donde cada foto obtenida será realmente un recuerdo impagable para toda la vida.

El día que entregué las fotos a Mónica creo que a ninguna de las dos se nos olvidará. Por la alegría que le supuso recoger esa mañana su trabajo y a mí la satisfacción de darlo. Por la tristeza de que esa misma noche la dejó Pancho.

Hace unos días conocí a Muffin, otro perrete pasando malos momentos, y a sus amigas Sweety y Marta. No pude evitar acordarme de Pancho y de Canela. Estoy segura de que allá donde estén debe ser hermoso, los perros no saben de maldad por lo que merecen el mejor de los descansos.

Gracias Mónica por dejarme compartir con todos vuestras fotos.