La sesión de Alicia, Fer, Laura y sus papás me ha marcado en muchos sentidos, todos positivos por supuesto!!

Empiezo porque fue una gran sorpresa y satisfacción personal cuando el jefe de producción de mi laboratorio fotográfico contactó conmigo para darme el contacto de su hermano y su familia, ya que querían hacerse unas fotos. A pesar de que es uno de los más grandes de Madrid y donde trabajamos muchos de los fotógrafos de todo el territorio nacional, quería que fuese yo quien lo hiciese. Eso suponía una satisfacción y a la vez todo un reto, debía estar a la altura y me enfrentaba nada más y nada menos que a tres peques..

Creo que todos os podéis imaginar que cuantos más peques, aunque se consigue más variedad, también aumenta el grado de dificultad para coordinarlos. Pero es que estos peques dulces, cariñosos, educados y alegres me lo pusieron sumamente fácil. Luchamos con espadas, jugamos al tragabolas (ay que recuerdos de mi infancia!!), a hacernos los dormidos, a dibujar las manos, a los puzzles, luchas a caballito.. y es que cada juego que proponía era bienvenido con risas y grititos de emoción.

Hubo tiempo para bañar a Laura, que cayó rendida y aprovechamos para hacer estas fotos tan espléndidas..

 

Posaron mejor que cualquier adulto e incluso Alicia de 6 me puso la piel de gallina interpretando un par de melodías al piano. Fer (3 años) en cambio tocó la trompeta. 🙂 Y Laura porque tiene 8 meses, pero en breve la veo cogiendo otro instrumento y montando una pequeña banda 😉

 

Cuando les fui a entregar el trabajo, hace un par de semanas, Fer y Alicia me recibieron con chillidos de alegría y un abrazo uno en cada pierna que casi me tiran al suelo.
Mientras sus papás veían el trabajo con Laura en brazos, Fer me sacaba todos los juguetes que le habían traído los Reyes. Alicia pasaba las fotos y las páginas del book emocionada recordando cada momento.
Al marcharme, Alicia vino y me dio una de 10 céntimos.
_ ¿Qué es eso Alicia? ¿Por qué me lo das?_
_ Porque me ha gustado mucho tu trabajo y me lo he pasado muy bien contigo_
Intenté devolvérselo amablemente a esos dos ojillos inquietos e ilusionados hasta que finalmente desistí. Su madre me dijo:
_ Déjala y quédatelos, de verdad que le hace ilusión haberlos sacado de la hucha para dártelos_

Me despedí con la voz quebrada, oyendo cómo medio lloraban porque pensaban que iba a pasar la tarde jugando con ellos.

1) Momentos como este hacen que siga queriendo dedicar el resto de mi vida a esto, a esta profesión que amo tanto. Miro hacia atrás y no echo de menos a esa secretaria de dirección que soñaba despierta y gritaba en silencio.
Miro hacia atrás y siento que rompí mis cadenas y me crecieron alas, y que puedo volar tan alto como quiera, con esfuerzo, como lo he hecho siempre, pero … ¿acaso no soy insistente?

2) Alicia, para mí esos 10 céntimos han sido los mejores cobrados del mundo, los que más feliz me he sentido de recibir, parecido a como os hayáis sentido todos la primera vez que cobrasteis un sueldo. La sencillez e inocencia del razonamiento de un niño nunca dejará de sorprenderme. Son precisamente ellos, los niños, los que hacen que este mundo sea mejor, y sin duda, los que consiguen pintar un arcoiris en las vidas tristes, rutinarias, aburridas y amargadas de todos los realmente adultos.

3) Pienso enmarcar esos 10 céntimos. (los tengo bien guardados a la espera de encontrar un pequeño marquito cuadrado) 😀

Muchas gracias familia por todo, yo sí que he disfrutado con este trabajo!! Y mil gracias por dejarme compartir algunas d elas imágenes con todos.. 😉